Las Rocosas

Para que vamos a negarlo, esta noche ha sido mala. Es la primera vez en mi vida que me despierto por frío en la cabeza. Me he puesto la gorra que me regaló Mike y he dormido con ella. Menos mal que no me ve nadie. Hago el petate y carretera. Objetivo, llegar a Jasper y recuperar algo.

Las montañas Rocosas son un macizo imponente que discurre desde Nuevo México en Estados Unidos hasta Alberta y British Columbia en Canadá durante más de 4800 km. El gobierno de Canadá lo ha declarado parque nacional por lo que, además de estar protegido, se encuentran muy pocos servicios.

Me paro en el lago esmeralda y un puente de piedra natural que ha horadado el río. Que escándalo produce el agua. Esto es precioso. Tanta agua como japoneses. Este fin de semana es puente en Canadá y hay mucho turismo. Llego a Banff. Es una ciudad preciosa, de vacaciones. Todo muy cuidado. Voy a información y me dicen que siga la 93 hacia Jasper, que está considerada la carretera más bonita del mundo… ¿Dónde se hace el concurso..? Vamos a ver. Me paro en un cruce. Mi GPS me dice que solo existen Jasper a más de 3000 km y no podemos estar a más de 300. Algo falla. En esto se acercan una pareja de ciclistas, no para decirme si necesito ayuda, lo cual es evidente por el mega mapa que tengo encima del depósito, no. La chica me pregunta que ve en la matrícula que soy de la UE pero que ¿de dónde?. Les explico todo el rollo y así, sin más, me dicen que viven a 24 km, que me vaya a cenar a su casa y que me puedo quedar a dormir, que esta noche tienen fiesta y que va también un mexicano. El marido, detrás de ella, me mira y asiente. Estoy tentado de aceptar, pero adiós Rocosas tranquilo y eso es importante. Lo agradezco efusivamente y rehúso. Insisten, ahora los dos. Lo siento, muchas gracias. Ella le mira a él. Parece que se lo toman como un desplante. Vaya por Dios. Os lo agradezco infinito. Esta reacción me confirma que mi decisión ha sido acertada. Estas cosas no me habían pasado nunca, pero tengo que seguir mi ruta. Ok, ten cuidado, hay muchos km sin servicios de ningún tipo antes de llegar a Jasper. Arranco y me voy. Parece que los viajeros en solitario, despertamos el alma protectora de la gente. Se nos ve débiles, otra cosa no me explico. Antes de arrancar con la 93 llego al Lake Louise. Es uno de los lugares más fotografiados de Canadá, por el reflejo de las montañas que lo rodean. Estoy emocionado. Lo he visto en fotos mil veces. Congestión de coches es poco. Chavales organizando los aparcamientos, Autobuses de Japos. Esto es Disney World!!! Aparco. Dejo todo en la moto excepto el casco y la cámara. Camino y llego al lago. No hay reflejo!!! ¿Pero… que es esto? ¡Está congelado!! Totalmente!!! Pero, ¡si aquí hace un calor de mil demonios!! Yo creo que el hielo, en esta parte del planeta, está como en casa, agustito y, total, para irse unos meses nada más, ya se queda, aunque parezca que estamos en Triana.

Hago unas fotos. Perdón. ¿Me deja pasar? Va a ser solo un momento. Gracias. Aquí todo el mundo es amable y cuando digo todos, son absolutamente todos. Llego a la moto. Recoloco todo. La cámara no está en el casco. Solo está el soporte. Busco y rebusco. Se me ha caído cerca del lago. Voy. Imposible aquí hay mil personas. Me vuelvo y quito el soporte para poner la de repuesto. No tengo con quien enfadarme, así que no lo hago. Es solo una cámara. Arranco. Muevo la moto y ahí debajo está. YIIIJA!!! Rayada la lente, pero está.

La carretera 93 es de esas cosas que justifican, en si misma, un viaje. Es como ir a la India para ver el Taj Mahal o Coger un avión para ver el Gran Cañón o el glaciar Perito Moreno. Esta carretera que estoy recorriendo y que no voy a terminar hoy, es sin duda, un espectáculo grandioso. Montañas nevadas. Lagos congelados, unos, otros no, no lo entiendo. Ríos caudalosos de color esmeralda. Me paro, me vuelvo a parar. ¡Al final me sale un oso!!!

Al final, encuentro un motel estatal y me quedo. Estoy cansado. Ceno y a dormir. Ha sido un día maravilloso. Pero no hay cobertura ni wifi. Hasta mañana.