Territorio indio

La misma rutina de siempre por la mañana. Le voy cogiendo el hábito. Aún así he traído demasiadas cosas. Me despido de la amable propietaria del mítico Munger Moss Motel. Me da un abrazo y sale a despedirme. Cuando ya estoy marchando, levanta la mano y me dice «Please, be safe!» y me voy. Se llama Ramona… y no es de coña y es más yanki que la mantequilla de cacahuete.

El plan es terminar de cruzar Misuri y adentrarme todo lo que pueda en Oklahoma, territorio indio. La temperatura es estupenda a estas horas y el día claro. Perfecto para andar en moto. Salgo de Lebanon y me meto de lleno en la 66. El terreno es cada vez más llano, pero el verde es muy verde y contrasta con el azul del cielo. No hay gente, casi no hay casas, pero parece que hayan segado a ambos lados de la carretera. El aire se me cuela por todo el cuerpo. He abierto todas las cremalleras de ventilación.

En muchas de las matriculas de los coches de por aquí pone, «Oklahoma, territorio indio». Tendrán desfachatez?? si no han dejado ni a uno!!! Pobres Cheyenes.

No tengo claro esto de la ruta 66. El paisaje es precioso pero las atracciones no me dicen gran cosa. «La 66 es la ruta de la gente en fuga, refugiados del polvo y de la tierra que merma…»esto decía Steinbeck en «Las uvas de la ira». Pues esa es la ruta con la que no me identifico. Prefiero la de los colonos que atravesaron esta vastísima tierra en busca de un futuro mejor. Prefiero ser el vaquero cabalgando en su montura, en ocasiones cansado, pero siempre contento. Prefiero que esta Itaca no llegue pronto y «que pueda recoger cuantos más perfumes, mejor».

He tomado un desvío antes de llegar a Tusla, no era importante, pero le he dicho a una buena amiga que, si podía, pasaría por el High school donde estuvo un año, y aquí estoy, en Oologah, hasta he hablado con una profesora.

La temperatura ha ido subiendo. Ya no es agradable. Este traje no es adecuado a partir de los 30 grados y Serafina me dice que hay 35. No me cabe en las maletas. Tendré que hacer algo si esto sigue así.

A las seis me paro. Me paro en el primer camping o motel que vea. Ya me he bebido tres litros de líquido, y no voy al baño. Todo se ha ido en sudor. Tiene una habitación libre? Cuanto cuesta? Tiene wifi? tres síes. Me quedo. Hago la colada. Pongo un tenderete con cuerdas en la moto y cuelgo la ropa. Si no puedes con el enemigo, únete a él y a este sol le voy a sacar chispas. Ya no desmonto todo esto para ir a cenar. Hoy no ceno.

Mañana Texas. Yiiiiija!!!

6 opiniones en “Territorio indio”

  1. Disfrutando con tu aventura y esperando las crónicas diarias. Que pena que solo se oigan los casos de gente mala. Cuando en realidad en el mundo hay muchísima GENTE BUENA.
    Disfruta, vive y vuela con tu aventura. Abrazos.

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    1. Creo que los moteros en solitario, despertamos el instinto de protección de mucha gente. Se nos ve frágiles y por eso nos ayudan. Un abrazo

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  2. Egunon, Montxu. Me sigo desayunando con tu super-viaje. Me encanta. Sobre todo ver que mejoras, que estás fuerte e incluso que hace tan bueno. Álvaro me dice que él hizo parte de la 66 y que, efectivamente, tiene más nombre que otra cosa… y que, otro más, se suma al carro de los envidiosos.
    Oye (je,je) lo de los colonos, nada, que supongo que no encontrarían ese mundo mejor que buscaban… no me extraña, mira que elegir para ello un terreno “tan vulgar”…. (perdón)
    Abrazos enormes.

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  3. Supongo k guardas muchos detalles pero haz el favor de contar mas !!!. Se me hace corta la lectura y… mira k eres racano… 2 fotos …venga !!!. Ya estas escribiendo mas majete !!.
    Hasta mañana.

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  4. Cuanto más avanzas y cuentas tus relatos más envidia me das.
    Espera que cuelgo la bata y voy………nos vemos en un rato , ja ja ja…….

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