Rumbo Norte

Empiezo el día con las ganas de siempre, por mi que no quede. Resulta que el desayuno, que en todos los sitios es de seis a nueve, aquí tiene que ser de nueve a diez, ale!! sin desayunar.

Hoy tengo que llegar al norte de California y adentrarme lo más que pueda en Oregón. El único objetivo turístico es ver las sequoias gigantes y, como no, disfrutar de la ruta y de sus paisajes.

Arranco y ya veo que la cosa no va a ser como ayer, y no por el paisaje o la carretera, que está siendo maravillosa. Si pudierais estar aquí… sino por el frío, 10 grados no es una temperatura para estar muchas horas, ni con un traje Rucca, que son para eso. Pasan los kilómetros y apenas mejora. No me apetece desmontar las maletas y cambiar esta licra por algo más grueso. Me da pereza. Hay que ser imbécil, lo estoy pasando mal y por eso de que «seguro que cambia», sigo esperando…y no cambia.

La primera parada en  Glass Beach, ya comenté ayer que es una playa muy famosa con piedras de cristal de varios colores. La veo y le cojo las piedras a Germán. Bastante gente. Yo uno más. Empiezo a coger y… a mi esto no me cuadra, son todos planitos y de tres colores: transparentes, verdes y marrones. Ninguno tiene vetas. Que raro. Leo los carteles que hay por todos los sitios y no dice nada de los cristales. Cojo las piedras y me voy que he dejado sola a Serafina con todo al aire. No tengo internet hasta que no llegue a algún sitio.

Hay que reconocer que una sequoia crecidita impresiona, y no solo por su tamaño de casi 100 metros. Es que esta que estoy tocando ya estaba aquí 1000 años antes de que  Colón descubriera este continente.

Visito la zona y sigo mi camino. Costa y bosque, como ayer. Ya estoy en Oregón. Todo el mundo conduce como las tortugas, vaya cambio, Montxu, el freno, » donde estuvieres…». Como mañana quiero llegar a Portland si o si, no tengo más remedio que seguir y estoy helado. Esta moto es una roca. La rueda de atrás no va a aguantar todo el viaje, tiene mala pinta.

He llagado a un pueblo costero llamado Golden Beach. Dejo las cosas en el motel y me voy a tomar algo caliente. Estoy destemplado. Que rica la sopa y un poco de pescado, ah! y tienen internet…

«En el siglo XX, los residentes de Fort Bragg tiraban su basura a los acantilados  en lo que hoy es la Playa de Cristal, arrojando vidrio, electrodomésticos e incluso vehículos.1​ Los residentes se refieren a la playa como «Los Vertederos».​ Los incendios se iniciaron para reducir el tamaño de la pila de basura.

La Junta estatal de California en el control de los recursos hídricos y los mandatarios de la ciudad cerraron el área en 1967.1​ Se llevaron a cabo varios programa de limpieza durante años para corregir el daño. Durante las siguientes décadas las olas limpiaban la playa, al romper todo, solamente quedó vidrio y cerámica. Con el paso del tiempo, las olas fueron erosionando el vidrio y la cerámica y los pedazos de vidrios ya no estaban tan afilados y formaron una hermosa arena de vidrio y de colores que cubren la playa.»

Vamos hombre!!!  Germán !!! te llevo unos cachos de botellas de tintorro y de Mahou cinco estrellas o la cerveza que bebieran aquí. jajaja.

Me voy a dormir.

Hasta mañana, que va a ser mejor.

 

3 opiniones en “Rumbo Norte”

  1. Muy bien hecho… a dormir. Y a entrar en calor en la cama. Muy bueno lo de los cristales. Poca sorpresa…no?… no esperábamos que fueran esmeraldas, je je….
    Oye, tú, a este ritmo entras mañana mismo en Canadá…que no?
    Cuídate….abrígate. Bon voyage…

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  2. Por qué pasa eso a todos los moteros… por no parar, esperas que cambie o deje de llover, hasta que te quedas aterido. Jajajaja. Y no espabilados. Abrazotes Campeón.

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